Desde el primer test de pretemporada en Barcelona se ha popularizado un concepto que se ve en otras categorías, pero que no había dado problemas en la Fórmula 1 hasta ahora: el ‘porpoising‘. Este fenómeno se genera por la gran cantidad de carga aerodinámica que provoca el efecto suelo, haciendo que el coche rebote en la recta, lo que llega a ser realmente molesto para los pilotos.
Hay equipos, como Mercedes o Ferrari, que sufren mucho este efecto aerodinámico, llegando al punto de suponer una amenaza para el bienestar de sus pilotos durante la carrera, como ocurrió con Hamilton en el Gran Premio de Azerbaiyán. El heptacampeón del Mundo se bajó del monoplaza con mucho dolor aparente, provocado por el desgaste de toda la carrera.
“Hay que discutirlo, pienso que los pilotos deben reunirse entre ellos, y creo que, por lo que he oído, ya lo han hecho para decir: ¿es esto un problema para nosotros, vamos a tener que lidiar con unas reglas durante los próximos años que van a ser físicamente dolorosas para nosotros?”. Y si llegan a la conclusión de que lo es, creo que los pilotos vendrán con una afirmación clara, ese será el siguiente paso”, ha reconocido Toto Wolff.
La solución a esto pasa por levantar el coche a una altura donde se minimice el rebote, un cambio que supone un menor rendimiento, por lo que la disyuntiva a la que se enfrentan los equipos es muy grande. Para el jefe de Mercedes, todo pasa por unos días de test orientados a buscar una solución común para todos.
“Me imagino que con un día o dos de pruebas, daríamos un gran paso, pero es lo que hay“.
“Esa es la limitación para todos, y nosotros creo que tenemos que enfocar el fin de semana desde una posición más experimental. De momento no estamos en la lucha por la victoria por méritos propios, estamos detrás de los mejores, y solo tenemos que afrontar esas sesiones con la vista puesta en comprender el problema“, ha concluido.
Imagen: @MercedesAMGF1
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