Perfectamente se podría deber a que llevamos tanto tiempo con monólogos de Mercedes AMG, que cualquier atisbo de rivalidad en el horizonte anima a pensar inmediatamente en que por fin va a haber pelea de la buena en 2018; pero también, a que el marco de convergencia, la nueva gama Pirelli y los tres sectores DRS en Albert Park, además de la innegable buena factura del RB14, han permitido a Red Bull postularse como candidata a aguarle la fiesta a Brackley en el Gran Premio de Australia.
No creo demasiado en lo que sale de los viernes, a lo sumo, acepto los datos que afloran pero sin olvidarme de Maurizio Arrivabene cuando decidió en verano de 2015 que Ferrari dejase de enmascarar sus miserias en los previos de las carreras: «Tenemos que modificar nuestra dinámica de trabajo y utilizar los viernes para correr más cargados de combustible y medir mejor el auténtico potencial de nuestro coche. He dicho a los ingenieros que es mejor trabajar con el depósito lleno para obtener datos más fiables con respecto a nuestros rivales y no una falsa impresión…»
Sea como fuere, las sensaciones que han destilados los coches austriacos en Melbourne no se corresponden con lo que podríamos considerar como ir de farol.
Max Verstappen se ha plantado tercero en la primera tanda de entrenamientos mientras que Daniel Ricciardo acababa sexto. Pero en la segunda, con el coche más entonado y la pista más rápida por la goma que se ha ido depositando y la mejora en la temperatura del asfalto, mientras el piloto australiano con dorsal número 3 casi calcaba la plaza obtenida unas horas antes (séptimo), su compañero holandés lograba meterse entre los dos Mercedes AMG quedando a tan sólo 1’27 décimas de Lewis Hamilton, líder absoluto del día.
Quiero decir con todo esto que si el programa de trabajo de Red Bull para la jornada de hoy consistía, un suponer, en preparar uno de los coches para configuración de carrera y otro para modo clasificación, el de Ricciardo ha vertido muy buenas sensaciones para el domingo y el de Verstappen para el sábado…
Por suerte para todos nosotros, este primer viernes de temporada es prácticamente el único en que nos dejarán soñar sin molestarnos. Venimos de los entrenamientos en El Circuit de Barcelona y de momento, todo el horizonte está por descubrir. Después del Gran Premio de Australia la cosa cambiará radicalmente. Tendremos referencias y nuestras primeras vibraciones habrán dejado paso a los hechos. Pero aunque Max nos advertía que no conviene lanzar las campanas al vuelo porque Albert Park es el primer trazado del Mundial y serán necesarias, todavía, dos o tres carreras más para empezar a tener los pies en el suelo y saber qué terreno se pisa, lo cierto es que el hijo de Jos no podía ocultar ni su sonrisa ni sus buenas sensaciones.
Desde luego, a ellas os remito más que a las mías.
Melbourne supone la primera cita de este Mundial propuesto a veintiuna. Como trazado tiene suficientes peculiaridades como para que resulte complicado o peligroso sacar conclusiones o proyectar datos, lo que tampoco excusa que no podamos hacernos algunas ilusiones. Y es que bien porque ya era hora, como decía al inicio, o bien porque las circunstancias han permitido que se obre el milagro, de momento parece que Red Bull ha llegado y que si se consolida, puede ser, perfectamente, la tercera escudería en discordia este año, cosa que agradeceremos todos.
O leo.
Leave A Comment