Ross Brawn concede unas declaraciones a la web oficial de la categoría en las que deja sus primeras impresiones sobre los nuevos monoplazas ya habiéndose cubierto la primera semana de ensayos en el Circuit Barcelona – Catalunya:

“Creo que como coches de carreras son más interesantes, las proporciones son mejores. Mucho más rápidos, impresionantes en el paso por curva. Más físicos para los pilotos, propone un reto, es lo que queríamos”

Propósito que parece haberse logrado gracias al aumento de alerones y neumáticos principalmente. En estas tres pasadas temporadas con la introducción de la parte híbrida de la que el mismo Ross Brawn fue partícipe, trajo consigo un avance tecnológico sin precedentes que no se tradujo necesariamente en una mejora en el tiempo por vuelta. La velocidad ha sido el objetivo principal de este cambio, así lo explicó Brawn:

“Este fue el propósito principal de la nueva normativa, mejorar realmente el rendimiento de los coches. Creo que es una combinación de cosas lo que queremos lograr. La velocidad que es emocionante en sí misma, pero también habilidad para competir que es otro punto que necesitamos ver. Cuando comience la temporada, con la normativa que tenemos ahora, con estos neumáticos veremos cómo los pilotos pueden competir entre ellos porque esto es muy importante también”.

Sin embargo, el inglés muestra reticencias en el apartado visual, específicamente con algunas de las soluciones implementadas por los equipos en la aerodinámica. Las aletas de tiburón y las T-Wing se están usando para minimizar los efectos de un ala trasera baja, y ésto precisamente ha sido el foco sobre el que se ha centrado Ross Brawn:

“Parte el objetivo de la nueva normativa era producir coches más agresivos, por lo que no queremos arruinarlos con piezas periféricas que nos alejan de eso. Pero es algo normal con los reglamentos”.

“Esas son consecuencias de la nueva normativa y no intencionadas. Por lo que las consecuencias no intencionadas, con el tiempo, tienen que ser retiradas. Y hacer que las cosas parezcan un poco más puras”.

Ross Brawn parece inclinarse por una F1 con más tendencia a la vieja escuela. Se intenta recuperar sensaciones que parecen haberse quedado por el camino. Estos cambios es la dirección a seguir, le pone nombre: proceso. Se necesita experiencia para evaluar el alcance y porcentaje de acierto para actuar en consecuencia. Traer de vuelta todo lo requerido necesita tiempo, e ir despejando dudas.

Una de estas dudas sigue residiendo en el comportamiento de los neumáticos. Pirelli afirmó haber reducido la degradación al igual que extender el rango de temperatura de funcionamiento, habilitando a los pilotos realizar maniobras de rebase e intentos más agresivos y arriesgados sin temor a dejar las gomas inutilizables. Filosofía que puede traer a su vez una consecuencia negativa ya que al mismo tiempo puede destruir el aliciente de las estrategias, pudiéndose cubrir carreras a una sola parada.

Ello redunda en adelantamientos. Parte de la experiencia de un Gran Premio radica en esto, como bien apunta Ross Brawn. El DRS se estableció como una solución para incentivarlos. Este dispositivo es visto por Brawn como algo artificial y carente de contenido, llegando a mostrar su rechazo hace un tiempo. Ahora pretende explorar posibilidades antes que una prohibición repentina:

“Tenemos que ver de manera general el asunto de los adelantamientos y cómo los coches pueden seguir y adelantar a otros. Preferiría que esto se lograra de una forma normal, en lugar de utilizar un añadido como el DRS”.

“El DRS fue una solución a un problema que teníamos. No creo que debamos tener prisa en retirarlo, pero lo que me gustaría ver es una solución mejor a largo plazo en el diseño del coche para que no lo necesitemos”. 

Todo a su debido parece ser el mensaje que Ross Brawn ha querido dejar claro en esta entrevista. Trabajar sobre una base que se irá estableciendo, con la nueva normativa como piedra angular.

 

Autor del artículo: Pablo Bernal/@PabloBernal333

Fotos: Formula 1, Scuderia Ferrari y Sutton Images