Ross Brawn se encuentra actualmente en mitad de un fuego cruzado. El encargado de la parcela técnica de la F1 tiene ahora encomendado converger las distintas corrientes generadas a raíz de las propuestas emitidas sobre la próxima normativa de motores, la cual ha sido motivo de desagrado e inseguridad para los grandes equipos.
Mercedes y Renault son aquellos más próximos en opinión. Los costes de desarrollo de las nuevas unidades son el punto clave por el que cuestionan la viabilidad de este nuevo marco regulador, a pesar de que el plan consista en precisamente rebajar la cuantía que desembolsan los equipos en la adquisición y uso de las mismas.
Ferrari por su lado, también se posicionó de forma contraria. Los italianos llegaron más lejos, con Marchionne presionando desde el inicio afirmando que la Scuderia podría dejar el Gran Circo en caso de que éste no fuera sostenible conforme a sus intereses. A falta de Honda, cada cual ha expresado sus pensares y pesares.
En medio de todo, Ross Brawn. Entre Liberty y los equipos. El ingeniero británico se muestra impactado por la respuesta obtenida en estas últimas semanas:
“Un poco sorprendido por la respuesta que hemos tenido”.
“Reflexionando sobre ésto, quizá podríamos haberla presentado de otra forma [las propuestas]. Pero no anticipé la respuesta tan fuerte como ha sido”.
“Hemos tenido otra reunión desde entonces y he hecho ese comentario. Si ésto es lo que más molesta a la gente, entonces pido disculpas. Pero no perdamos el norte con lo que estamos intentando hacer. Si están incómodos con la forma en la que fue presentada, no fue esa la intención”, explica Brawn.
Aunque las distintas pronunciaciones no hayan considerado la presentación sino el contenido, Brawn quiere calmar las aguas. De aquí a finales de 2018 es el plazo abierto para terminar de formular todas estas regulaciones que no solo preocupan en el apartado técnico sino comercial. Primeramente, Ross Brawn aclara que existe flexibilidad:
“Si un fabricante puede demostrar que hay una manera mejor para hacerlo que la que ha sido propuesta, como por ejemplo más barata, más atractiva para la afición, algo que enganche a nuevos suministradores, cualquiera de esos factores, entonces,¿por qué no?”
“No estamos casados con soluciones específicas. Creemos que con la pericia que tenemos y el trabajo que hemos realizado, son las soluciones que pueden funcionar”.
“Si alguien sugiere otra solución con la que piensen que podrán lograr el mismo objetivo, no vamos a decir que no”, cita Ross Brawn.
“Reconozco que es importante mantener la identidad del motor Ferrari o Mercedes. Ellos necesita ser capaces de decir: “Éste es nuestro motor”.
“No pienso que hayamos cruzado esa frontera pero ahora la propuesta está sobre la mesa, necesitamos reunirnos con esa gente y entender qué es lo que les gusta y lo que no”, prosigue el ingeniero.
Igualmente, la parcela comercial inquieta a los equipos. Los planes con los que Liberty tomaba el mando de la máxima categoría, era transformar un ‘simple’ fin de semana de carreras en un espectáculo audiovisual que deleitara a los aficionados. En esta maniobra de promoción y marketing conlleva una redistribución presupuestaria destinada a tales efectos. Un ejercicio administrativo que los equipos creen que irá en su contra ya que sus cobros se podrían ver reducidos:
“Hay un mayor debate con toda la parte comercial que necesita hacerse. Será dificultoso pero tenemos controles en el coste sobre las partes técnicas y comerciales para tratar de mantener el deporte en pie”.
“Si estropeamos esto porque estemos teniendo un debate sobre la parte comercial, somos tontos, porque ésto hace el negocio mejor y más sostenible”.
“Por muchos años, la gente criticaron la falta de desarrollo de la parcela comercial de la F1, la parte social, cuidar a los fans, ese tipo de cosas. Y ahora lo estamos haciendo, va a tener un precio. Habrá un impacto para llevar a cabo esas inversiones y hacer que todo funcione, y bajo mi punto de vista las inversiones compensarán en los próximos años”.
“Mejorará. Somos conscientes de la necesidad de asegurar a los equipos más predicibilidad en los números”, aclara Ross Brawn para la BBC.
Autor: Pablo Bernal / @PabloBernal333
Foto: Insideline.com
Espero equivocarme, pero..¿no sonó como que dijo “los equipos quieren invertir poco en publicidad y sacar la mayor tajada del deporte, y en lo posible, invirtiendo solo un poco más en los coches.”?. No está mal, pero un año de estos nos daremos cuenta que las otras categorías se llevan el grueso de los sponsors y ellos preguntarán “Why?”. Y repito, el día que los eléctricos aguanten una carrera de dos horas a velocidades altas, solo recordaremos a la F1 a través de YouTube o viéndolos en alguna exposición. Si. Falta….pero menos que antes.
Los equipos no ven clara esta estrategia, y ven como esta nueva normativa les puede suponer una inversión muy elevada a pesar de la simplificación y estandarización de componentes. Todo esto de inicio les tira un poco hacia atrás. Por tanto exponen su postura más a la defensiva.
Está claro, por otra parte, la necesidad de incentivar la parcela comercial de una categoría que ha ido perdiendo mucho terreno en el último lustro, sobre todo.
En este aspecto, Liberty también se halla (como Brawn) en fuego cruzado.
Cada cual mira por sus intereses, y a partir de ahí perfilar sus estrategias. Los equipos quieren hacer sus máquinas mejores y así atraer patrocinios. Mientras Liberty quiere dar bombo a la competición. ¿Qué es más óptimo? No sabría responder, sinceramente. Los innumerables factores que inciden en este tema son demasiados en cantidad y forma, con lo que complicar cualquier intuición y/o deducción.