Desde la entrada de la era híbrida de la F1 Mercedes demostró no tener rival. Llegaban con un monoplaza ganador procedente de un desarrollo muy temprano y con dos pilotos experimentados, además de una calidad más que contrastada. Lewis Hamilton ocupando el asiento de Michael Schumacher y Nico Rosberg como hombre de la casa, contaba con más recorrido dentro de la formación de Brackley. Unos corredores que compartieron algo más que una superficie de asfalto, desde el karting habían forjado una amistad que trascendía la competición.
El británico recordaba en el exitoso show de la BBC Top Gear anécdotas vividas. Sonreía cuando relataba el trayecto en coche hacia un circuito italiano un domingo para disputar una carrera. Llegando al destino Keke Rosberg a sabiendas de las escasas habilidades al volante de Anthony Hamilton (padre del tricampeón), tiró del freno de mano mientras éste se hallaba negociando un viraje sencillo. Resultando el vehículo en la cuneta y el resto de los ocupantes entre carcajadas.
Se conocían perfectamente, añadiendo un ingrediente más al triunfo posterior de la estrella en F1. Sin embargo, la rivalidad emanada de la lucha de sendos campeonatos produjo una tensión que fue en aumento desde finales de 2014. Para el año siguiente se fueron repitiendo los hechos, para Rosberg no era de agrado ciertas acciones por parte de su compañero. Acciones rueda a rueda en las que el alemán acababa fuera de los límites de pista concluyendo en un segundo plano.
Para 2016 cambiaron un poco las tornas, con restructuración internas de mecánicos de por medio Nico Rosberg realizó un arranque de temporada espléndido mientras Lewis Hamilton sufría avería tras avería. Cuatro victorias consecutivas desde Melbourne hasta Montmeló, lugar del crimen. En el circuito catalán ambos quedaron fuera por una maniobra que destapaba la tormenta que se vivía en las entrañas del equipo.
Más gasolina al fuego en Austria, donde el alemán en la última vuelta concluyó con un movimiento parecido a los que venía sufriendo por parte de su ya no tan amigo. Unido este suceso al del Gran Premio de España, el status de Nico Rosberg dentro de Mercedes quedaba más dañado que su monoplaza en el Red Bull Ring. En cambio, no todo fue tan mal para él. Ya que logró lo que ansia cualquier piloto al llegar a cualquier categoría y con más inri a la máxima: ganar el campeonato, ni más ni menos.
Un título que se fue fraguando antes de que empezase la temporada. La experiencia con Hamilton de compañero le fue sirviendo para saber por donde podía atacar, analizar cuáles son sus puntos flacos. Dio con la clave, reforzando la misma por su parte. No fue otra cosa que trabajo y esfuerzo constante. Procedimiento de salida, configuraciones del volante y entendimiento sobre su monoplaza para imponerse al enorme talento del tricampeón. Tal y como reconoce para el diario alemán Bild:
“En F1 hay pilotos que tenían más talento que yo. Tal vez mi compañero de equipo. Él es uno de los mejores pilotos de todos los tiempos y un increíble oponente. Tuve que trabajar duro y comprometerme para ganar”.
El trabajo incesante que menciona se ejemplifica en fines de semana como Baku o Suzuka. Distintas materilizaciones, en el primero los problemas constantes del británico para dar con la combinación de valores de su volante para resolver el entuerto. Después en el circuito japonés la mala salida le dejaba tras los Red Bull arrebatándole opciones de pelear por el campeonato. La jugada le salió bien a Rosberg en ambos casos ganando ambas carreras que a la postre resultaron vitales.
La retirada del vigente ganador de la categoría y el tiempo transcurrido desde todo lo anteriormente detallado ha enfriado los ánimos, al menos por su parte. Lanza un mensaje de paz a su ex compañero, no ve ningún inconveniente en recuperar aquella amistad que les unía antes del surgir de esta animadversión. Ya Rosberg no ve a Hamilton como su antítesis, por lo que es una buena oportunidad de dejar a un lado todas las fricciones. ¿Accederá Lewis a esta proposición encubierta?
Autor: Pablo Bernal / @PabloBernal333
Foto: Sutton Images
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