La temporada 2015 habría podido ser revolucionaria;  traer grandes cambios en F1 cuando RedBull se encontró sin motores y estaba en plena guerra fría con su proveedor y compañero de aventura, Renault. El matrimonio entre el equipo de Milton Keynes y la marca francesa había hecho historia en los años anteriores con los 4 títulos consecutivos de Sebastian Vettel y de los toros. Pero, como ocurre muchas veces en las buenas familias, en las parejas mas solidas, algo puede romperse después los momentos mas felices y fecundos.

Las prestaciones de la unidad de potencia transalpina llegaron a su mínimo histórico, RedBull se puso a la búsqueda de nuevos motores, todavía las otras posibles marcas disponibles, Mercedes, Ferrari y Honda, por diferentes motivos no estaban interesadas a echar un cable, muy gordo, a la competencia. Con el riesgo, por si caso, de ver sobrepasados sus propios equipos, en la pista. Con Toro Rosso y Lotus, entre los equipos que sufrían también por el mal rendimiento de las P.U. galas.

Al final, después de una difícil reconciliación y excusas por los trapos sucios soltados a los 4 vientos, volvió la paz entre RedBull y Renault. El fabricante francés acabó tercero entre la unidades de potencia en 2015, por detrás de Mercedes y Ferrari, todavía demostrando una falta de competitividad, de fiabilidad, respecto a las otras marcas.

Se empezó a hablar, y así fue en 2016, de la vuelta de Renault como equipo propio, además de seguir siendo el proveedor de RedBull bajo la marca Tag-Heuer, los cambios en la organización interna, una nueva dirección en el desarrollo a lo largo  del pasado invierno,  y un programa de actualizaciones ventajosas realizadas durante la temporada pasada, han permitido a la unidad de potencia transalpina de mejorar bastante.  Y los avances han permitido de hecho a Red Bull, sobre todo, llegar a superar a Ferrari entre los constructores. Y de ganar dos carreras, en Barcelona con Verstappen y en Malasia con Ricciardo. Mientras que el equipo Renault, en su vuelta a la F1, ha ido bastante bien, luchando por los puntos con sus pilotos, Palmer y Magnussen.

El responsable técnico de Renault, Bob Bell, ha hablado de las mejoras llevadas a cabo por los ingenieros franceses que indican, por ahora, los motores galos siguen siendo evidentemente inferiores a los Mercedes, pero según el están prácticamente al mismo nivel de las unidades de potencia de Maranello:

“Si nos fijamos en la temporada pasada, podemos decir que se ha ido cerrando la distancia con Mercedes, en muchas ocasiones  Red Bull ha podido luchar con las flechas de plata – afirma Bell – esto significa que los resultados no han llegado solamente gracias al increíble chasis dibujado por Newey, sino también a los considerables progresos del motor transalpino”.

El ingeniero norte irlandés alaba el trabajo de su equipo técnico, capaz de acercarse al rendimiento de su antiguo equipo alemán: “Ha sido realmente impresionante lo que se ha hecho. El target primario ha sido mejorar la fiabilidad del propulsor, y este objetivo se ha centrado completamente la pasada temporada.”

Hasta llegar a ser, probablemente, el más fiable de la parrilla: pero esto no ha satisfecho ni parado a los ingenieros de Renault en la búsqueda de un mejor y mayor rendimiento.

El objetivo para el 2017 de Renault es poder alcanzar el rendimiento del motor Mercedes, aunque,  más bien, será en 2018 cuando podrán alcanzar las prestaciones de los campeones alemanes, únicos hasta ahora a saber ganar en la era híbrida. “Tenemos que acercarnos aún mas a Mercedes y vamos a dar otro paso durante este invierno e en las próximas semanas. Por el momento, sin embargo, no puedo decir, donde nos encontramos – concluye Bell – muy importante será recoger mas datos posibles y sumar muchos kilómetros en los próximos test de Montmeló”.

 

Autor del artículo y fotos: Alessandro Sala