Con tan solo una semana de vida, las propuestas para los motores a partir de 2021 marca una clara línea divisoria en cuanto a opiniones entre aquéllos que se encuentran dentro de la F1, y aquéllos que se encuentran fuera aunque con disposición de asumir el reto que supone la máxima categoría. Tanto desde el punto de vista comercial, así como desde el tecnológico. Éste último es el determinante a dar el paso ya que irremediablemente los fósiles están ajusticiados.
No deja indiferente a nadie por varias razones. En primer lugar, los fabricantes ya presentes en la parrilla ven los cambios más significativos de lo que superficialmente parece. La simplificación de las unidades de potencia implica otros cambios nada despreciables y una incertidumbre lógica al no haberse aún concretado todos los conceptos de la nueva norma.
La despedida del MGU-H dejando a su primo K como principal responsable de la recuperación de energía, provoca tener que centrar muchos recursos en el desarrollo de éste. Más trabajo para este componente conlleva una complejidad enorme a estas alturas, añadiendo además cada temporada mayor restricción en el número de elementos sustituibles sin sanción.
Ésto afecta directamente al ejercicio de lograr el motor con mayor eficiencia térmica. Mercedes a través de Toto Wolff antes del ecuador de la presente campaña, afirmaba que la factoría de Brackley había conseguido la friolera del 50% de eficiencia térmica. Cifra verdaderamente desorbitada, y puede que inservible para un futuro con los cambios ya previstos. El magnífico trabajo de la marca alemana deberá de reiniciarse, de ahí la inseguridad de Wolff.
El MGU-H en la actualidad se encarga de recuperar más de la mitad de la energía. Erradicando su uso recayendo éste en un solo componente, más debiendo de fabricar un tren motriz más fiable con el objeto de no penalizar sistemáticamente, conlleva a un desarrollo y fabricación infinitamente más costosos a pesar del límite presupuestario que se irá fijando. Más que un reto, es equilibrismo acrobático.
Luego, todos los que ven el ruedo desde la barrera, ven la oportunidad idónea de volver a la escena. Aston Martin ya viene trabajando para ello con la asociación con Red Bull. Después, a Ilmor y Cosworth también les atrae la idea. Ven la minimalización de las nuevas unidades de potencia como un punto a favor. Aunque se debe tener muy en cuenta lo anteriormente descrito:
“Si ellos sacan ésto [las propuestas] con una visión sopesada sobre qué se requiere para tener más fabricantes en la parrilla, entonces ello es más fácil de alcanzar con la plataforma en la que están trabajando y creo que van por buen camino”, expresa Steve Miller, Director de Ilmor.
“Creemos que las normas son algo que abre la puerta técnicamente a una gran variedad de gente y con mucho menos dinero, lo cual puede únicamente interesar a más gente”
“La clave es que nadie de los nuevos hubiere gastado mucho menos”
“Ciertamente los no independientes podrían contemplar ésto bajo las normas actuales y ninguna compañía o alguien más que entre ahora sabe que la factura asciende a muchos cientos de millones y en el mundo de hoy día no estoy seguro de que alguien pueda tolerar eso”, explica Bruce Wood, Director de Cosworth.
Con la normativa existente, es casi un suicidio económico. Ejemplo claro es Honda, quienes con un año de demora continúan pagando las consecuencias. Queda claro que este periodo de transición hacia el próximo marco regulador seguirá siendo comandado por los mismos con las alternancias oportunas cada temporada.
Sobre conflicto monetario entiende Ferrari, quienes una vez más amenazan con abandonar el barco si zozobran sus cuentas bancarias, así pues más que el interés económico se ve un nuevo punto partida para los externos y de momento ajenos a la F1. No obstante, y a pesar de que se replanteén el corazón de los monoplazas, se ve cristalino que aunque esta normativa suscita interés, las formalidades aún no se han iniciado:
“Es imposible decir que el status quo tal y como es ahora puede ser mantenido a largo plazo y si uno de los actuales debe abandonar, no creo que vayan a ser reemplazados por alguien por lo que pienso que han tomado una visión a largo plazo y dijeron que no iba a ser popular probablemente pero protegen el deporte a largo plazo”, prosigue Bruce Wood.
Por consiguiente, la F1 sigue saliendo cara se mire por donde se mire. La predisposición de varios fabricantes a entrar no es más que mero interés en ver la evolución de las regulaciones así como evaluar muy cuidadosamente presentarse formalmente. En cualquier caso, los primeros pasos se han dado. Pero, teniendo en cuenta todo lo que queda por constituir se vislumbran muy complicadas las negociaciones y discusiones para encauzar los caminos de la categoría.
Autor: Pablo Bernal / @PabloBernal333
Foto: GambalF1 / Cosworth
Declaraciones: BBC Sport
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