En la Pretemporada es necesario comprobar si los monoplazas han nacido bien ya que la Fórmula 1 es un deporte donde cada año se cambia el coche con el que se compite. En algunos casos son evoluciones de la temporada anterior, en otras ocasiones los monoplazas son completamente nuevos.

Al tratarse de Fórmula 1, los equipos cuentan con tecnología punta. Los ingenieros mejor preparados cuentan con simuladores, grandes ordenadores que hacen numerosos cálculos y hasta túnel de viento para comprobar cómo fluye el aire cuando impacta con el vehículo. Sin embargo, hay circunstancias más complicadas de calcular, tener en cuenta y transcribir al ordenador, como son los cambios ambientales, los baches y otros elementos que escapan a nuestro control. Por ello, es de vital importancia dedicar varias horas de trabajo a rodar con el coche en pista y recaudar datos reales para poder correlacionarlos con los del túnel de viento, (en el caso de estar evaluando el monoplaza a nivel aerodinámico).

Pero, ¿cómo logran los equipos recaudar esta serie de datos? En esta pretemporada hemos visto dos métodos muy reconocidos, las parrillas de sensores y la parafina.

Las parrillas de sensores sirven para medir la velocidad y paso del aire. Se suelen colocar detrás del eje delantero del monoplaza para ver los cambios que han producido en el aire al pasar por el alerón delantero y las ruedas del eje anterior, como son las turbulencias generadas y si se dirige el aire de manera correcta hacia la parte trasera del coche. También se pueden colocar más atrás, estudiando el efecto de los pontones que tienen las formas estudiadas para redirigir la masa de aire hacia el difusor, en el caso de los Fórmula 1 modernos. Sin embargo, si se producen vórtices incontrolables puede generar pérdidas de carga y obligar a cambiar el diseño.

Vemos la parafina que han colocado los mecánicos en la parte derecha del alerón trasero en el McLaren de Norris.

El otro método para evaluar cómo cambia el flujo de aire cuando alcanza al coche es usando parafina. Es un tipo de cera con color llamativo que se impregna en una zona del monoplaza y el viento la termina arrastrando mostrando los trazos que deja al pasar alrededor del coche. Con este método, el piloto puede rodar con normalidad, sin límite de velocidad y pasando por los pianos sin problemas. Además de que puedes elegir la parte que quieres estudiar. Pero se encuentra con otros inconvenientes, como que todo el mundo puede apreciar el rastro que deja el aire con tu parafina si consigue la foto con suficiente calidad, puede manchar otras partes del monoplaza, hace falta mayor precisión del mecánico para aplicarla sobre el monoplaza teniendo luego que limpiarla y solo detecta el paso del aire en las zonas más próximas a la carrocería.

Tanto las parrillas de sensores como la parafina son habituales hoy en día en la Fórmula 1 y más en estas jornadas de pretemporada donde los equipos necesitan correlacionar los datos de fábrica y simulador con la realidad, no solo para comprobar que el coche se comporta como estaba diseñado, también para que el desarrollo a partir de este momento sea el adecuado.

Carlos Garijo Medina, GrainingF1.com @xulhox