A estas alturas de la temporada, parece claro en qué posición se halla cada equipo, y dentro de las escuadras, las posiciones de los pilotos. En Mercedes, Bottas intenta aguantarle el pulso al todopoderoso Hamilton, mientras que en Ferrari ambos pilotos se encuentran en estados de forma muy diferentes, pero igualados en el campeonato. En algunos equipos la igualdad entre los pilotos es patente, como en Renault o Alfa Romeo, y en otros un piloto destaca por encima del otro. En este último caso, quizás el caso más estrepitoso sea el del equipo Williams.

Williams está pasando por una de las peores épocas de su historia, siendo el único equipo de la parrilla que no ha mejorado de la temporada pasada a esta y con una moral hundida, después de haber perdido la dirección de Paddy Lowe, de quien se esperaba mucho más de lo que finalmente ha aportado, y también el icónico patrocinio de Martini, que al menos daba algo de orgullo y romanticismo a los empleados. Además, en el plano deportivo se encuentra sumido en una caída libre, en pleno naufragio desde 2017, que hace parecer imposible que siquiera uno de sus monoplazas puntúe.

A pesar de todo ello, el equipo del incombustible Frank fue uno sobre los que más se puso el foco el pasado invierno, debido a su dupla de pilotos. A un lado del garaje se iba a instalar el flamante campeón de la última edición de la F2, el británico George Russell, que se impuso a otros pilotos de gran calidad como Lando Norris o Alexander Albon, también aterrizados en el Gran Circo. Si bien este piloto levantaba la ilusión, aún más lo hacía quien se iba a convertir en su compañero, Robert Kubica.

El polaco encarnaba la historia de superación que todos conocen, la del que cae a los infiernos para resurgir a lo más alto. Tras unos años prometedores en Fórmula 1, con una gran reputación en el paddock y con el cariño de todos, especialmente en España dada su conocida amistad con Fernando Alonso, sufrió un terrible accidente en un rallye regional italiano que le impidió iniciar la temporada 2011 con Renault y casi le cuesta la movilidad en uno de sus brazos, que a día de hoy se sigue viendo mucho menos musculado que el otro. A partir de entonces, se dedicó a recuperarse e intentar volver a la Fórmula 1, primero con Renault y, finalmente, con Williams. Con los de Grove realizó varias prácticas a lo largo de la temporada pasada, mostrándose lejos tanto de Sergey Sirotkin como de Lance Stroll, según con qué piloto compartiese la sesión. Sin embargo, en vistas de la necesidad financiera de Williams, de la marcha de Stroll tras la compra de Force India por parte de su familia y del poco convencimiento del equipo con Sirotkin, ambos realizando considerables ingresos de dinero que se iba a dejar de recibir, desde Williams se consideró que la opción de Kubica sería beneficiosa, especialmente con el aporte económico de su patrocinador particular, la petrolera polaca PKN Orlen.

Así todo, empezó el año con muchos problemas para el equipo, con una pretemporada aciaga. Y lejos de arrimar el hombro con el equipo, Kubica tardó poco en criticar al equipo, con durísimas declaraciones como su «a mí me pagan para correr», después de que Williams no pudiera rodar varios días por escasez de piezas. Pero no le faltaba razón, el piloto recibe su sueldo por dejarse todo en la pista y no por esperar en los boxes. De este modo, veamos cuál ha sido el rendimiento del polaco en la mejor medición posible, esto es, en la vuelta de clasificación y respecto a su compañero de equipo, ambos con el mismo coche.

Comparación con George Russell

En la clasificación de Australia, Kubica se quedó 1,7 segundos por detrás de Russell. Por poner algo de contexto, esa fue la diferencia que hubo en la Q2 de tal Gran Premio entre el quinto mejor tiempo de Vettel y el decimoquinto de Kvyat y en la Q3, la diferencia entre la pole de Hamilton y el sexto puesto de Leclerc fue de un segundo. En Baréin y China sí hubo mucha más igualdad en Williams, con Russell por delante de nuevo pero tan solo por cuatro y tres centésimas. A partir de entonces, de una primera clasificación en la que Kubica estuvo nefasto y otras dos en las que estuvo todo mucho más ajustado, el rookie (no lo olvidemos) Russell ha batido sistemáticamente en clasificación en cada Gran Premio al piloto que hace demasiado tiempo llegó a liderar el campeonato de pilotos. El británico le ha asestado un contundente 10-0 al polaco, realizando vueltas de clasificación más rapidas con ventajas de tres décimas en Mónaco y en Austria, 0,4 segundos en Azerbaiyán y en Francia, medio segundo en España y en Inglaterra y 0,7 segundos en Canadá.

En carrera el comportamiento de Kubica no mejora. Solo ha quedado por delante de su compañero en Francia y ha llegado a meta con una vuelta menos que él en las carreras de Australia, Baréin, Canadá y Austria. En la pasada carrera de Silverstone ambos consiguieron sus mejores resultados de lo que va de temporada, con Russell decimocuarto y Kubica, decimoquinto. Queda claro que el rendimiento de Kubica está siendo muy inferior al esperado. ¿A qué se puede deber esto? Desde la prensa polaca se apunta directamente al equipo Williams, al que se acusa de suministrar mejores piezas al monoplaza de Russell, consiguiendo así que el británico cuente con un coche con mayor rendimiento. Sin embargo, estas afirmaciones parecen a todas luces infundadas, pues no es común que esta situación se dé en el deporte, y porque la propia Williams no tiene necesidad de que uno de sus pilotos supere al otro. En mi opinión (ya que de eso trata también este artículo) y en la de muchos, simplemente Robert Kubica no está al nivel físico y de habilidades requeridos para pilotar competitivamente un Fórmula 1.

Por ello, quizás en Williams deberían plantearse sustituir al polaco. Se dice que en el contrato podría haber una cláusula de rendimiento que, por motivos obvios, se estaría incumpliendo. Medios franceses apuntaron recientemente a que Esteban Ocon, el protegido de Mercedes, podría sustituir a Kubica en la segunda parte de la temporada. Esto se debería a que el patrocinio que aporta Kubica sería inicialmente para media temporada y que la petrolera polaca decidiría no renovarlo a causa de los pobres resultados del piloto. La manera de Ocon de suplir la falta de dinero podría materializarse en una rebaja del coste de los motores Mercedes, por ejemplo. Sin embargo, PKN Orlen ha zanjado los rumores, confirmando que su patrocinio dura hasta el final de la temporada y que, naturalmente, se ve ligado a la permanencia de Robert Kubica en el equipo.

Lo que sí parece bastante claro es que Kubica no correrá la próxima temporada. Como candidato al asiendo, a Ocon se se suma el actual líder de la Fórmula 2 y prometedor piloto Nicholas Latifi, que ya mantiene una relación con Williams desde hace años. Latifi es canadiense e hijo de un multimillonario, lo que no está reñido con su gran talento. Ya ha probado el Williams en varios entrenamientos libres, pero podría existir cierta tensión con el equipo, puesto que tendría contratadas seis apariciones en el F1 y aún le quedan dos por cumplir. Tampoco está claro si cuenta con la superlicencia de la FIA, en cualquier caso el año próximo contará con ella con total seguridad, y posiblemente llegue a Grove con el campeonato de la F2 bajo el brazo. Además, el equipo necesita mucho desarrollo para mejorar, y ello pasa por que los pilotos aporten datos, cosa que no hace Kubica y por lo que destacan tanto Ocon como Latifi.

La situación de Kubica es, quizá, la expresión en un hombre de la situación del equipo Williams. Increíblemente poco competitivo, tan solo reflejo de lo que una vez fue. Pero al menos el equipo cuenta con un rayo de esperanza llamado George Russell. El británico cosecha una gran actuación tras otra, teniendo en cuenta los instrumentos que maneja, pero se le presta muy poca atención. A lo mejor un primer paso para que Williams salga del pozo puede ser empezar a revalorizar el papel de su piloto, a quien deben sentar al lado a alguien que le plante cara, ya sea Latifi (que parece que lo tiene hecho con el equipo) u Ocon, que no cuenta con espacio en la parrilla pero sí con mucha velocidad.

 

Imagen: Graining