Tras varios días de filtraciones por parte del mismo Fernando Alonso de cuáles serían los patrones de diseño de su nuevo yelmo, hoy, ha publicado en las redes sociales la interfaz definitiva del casco para esta temporada, imagen que hemos podido completar con una fotografía integral del casco, cazada en el acto de presentación de Petrobras como nuevo socio de Mclaren.
Buscando fugazmente por los archivos que internet nos regala, encuentro que el azul, color predominante en el casco de nuestro gladiador, tiene dentro de sus acepciones el progreso… y la lealtad. Llámenme soñador o lunático si prefieren, pero la inclusión del elemento del progreso, potenciada por la muy necesaria lealtad a lo que uno cree, piensa, y a todo aquel que le acompaña, hacen que el verde esperanza no sea necesario en el casco, ya que la esperanza y la confianza la ponemos nosotros y… el piloto asturiano ve capaz de traducir dicha confianza en progreso, un progreso que aunque veamos ya imposible, remoto, o incluso utópico per se, puede llegar este año ya sea por la mejoría de Mclaren tras unirse con Renault, o el periplo del asturiano por los mundos del WEC, y encima con Toyota.
Fantaseando me he atrevido a imaginar que, tras vagar errantes por un desierto colectivo en el que la derrota se nos hizo el pan de cada día, veo atisbos de esperanza-, necesarios, por cierto-, en que este año podemos ver el resurgir del gladiador al que hemos seguido- al menos un servidor-, desde que la conciencia nos ha permitido recordar cada rugido, cada victoria, y cada derrota.
Como el que llueve sobre mojado repito, confío y ansío en el progreso como valor indispensable en cualquier organización, y como base innata dentro de la confianza que revalidamos hoy al piloto de casa, con el fiel convencimiento de que, aunque no ganemos nada, tendremos la fuerza y el impulso para remar juntos en cualquier tormenta, ya que ahí es donde se forjan los mejores guerreros…
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