El asunto del porpoising está trayendo mucho más debate del que se podía pensar en un primer momento cuando vimos este extraño fenómeno durante los test de pretemporada. El punto más tenso de este drama vino tras la carrera del GP de Azerbaiyán. El trazado urbano de Bakú es conocido por ser muy rápido, incluyendo una recta de 2,2 kilómetros, el terreno favorito del rebote. Equipos como Mercedes o Ferrari sufrieron mucho este efecto, tanto que Lewis Hamilton bajó muy dolorido de su W13. El inglés fue, por unas horas, duda para la carrera de Canadá, aunque tardó poco en salir públicamente a desmentir este rumor.
A raíz de esto, la FIA ha tomado cartas en el asunto y anunció medidas de seguridad para que la salud de los pilotos no se ponga en peligro en favor de un mejor rendimiento. Ya en Montreal, los pilotos empezaron a dar sus puntos de vista, como Lewis Hamilton que afirmó que “siempre es interesante ver las perspectivas y opiniones de la gente bajo diferentes objetivos”, refiriéndose a quienes insinuaban que sus dolencias en Bakú formaban parte de un ‘teatro’ para que la FIA pudiera ayudar a Mercedes a disminuir el porpoising.
Los equipos sin porpoising, en contra
Por su parte, Max Verstappen, actual líder del Mundial y piloto de Red Bull -uno de los equipos que mejor ha controlado el porpoising– se pronunció sobre Mercedes y Hamilton: “Deberían centrarse en sí mismos, y decir lo que piensan. Así que deberían hablar por ellos mismos en lugar de involucrar a otras personas“, haciendo referencia a su descontento por la normativa introducida por la FIA para mitigar los efectos del rebote.
De momento no ha habido acciones por parte de la FIA, ya que utilizaron el GP de Canadá para recabar datos y considerar varios aspectos, pero la idea es que no haya un rebote desmedido en los coches. De ser así, se obligaría a subir los coches 10 milímetros y, si no se ha solventado, podrían llegar a ser descalificados.
Imagen: @MercedesAMGF1
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