Las revueltas condenando las injusticias raciales y el abuso policial en EEUU, también han entrado en la F1. Lewis Hamilton, uno de los estandartes del Gran Circo ha alzado la voz a favor de los derechos de la gente negra, así como en contra del gobierno del Reino Unido.
Lewis Hamilton, piloto de Mercedes AMG F1:
“Estoy horrorizado con cómo ha gestionado la COVID-19 el gobierno de Reino Unido. Deberíais haber cerrado las fronteras hace meses. Es desconcertante cómo habéis dejado entrar a la gente sin hacerles test. Podríais haber salvado miles de vidas. ¡Necesitamos líderes mejores!”, compartía el hexacampeón mundial en su cuenta de Instagram.
Lewis celebró también el derribo de una estatua de Edward Colston, un comerciante de esclavos del siglo XVII en Bristol, Inglaterra:
“No apoyo la violencia ni los actos criminales, pero habéis tenido tiempo de sobra para hacerlo vosotros mismos y no lo habéis hecho. Poder al pueblo. Nadie que haya comerciado con seres humanos y les haya obligado a ser esclavos hasta la muerte debe ser honrado. Era y es terrorismo. Ahora y entonces”, añadió, como viene siendo habitual, en su gran actividad en redes sociales.
“Viendo las noticias hoy sobre la estatua que fue derribada ayer… Si esa gente no hubiera tirado la estatua en homenaje a un traficante de esclavos, nunca se habría retirado. Hay rumores de que irá a un museo. Debería estar en el río, como los 20.000 africanos que murieron en el viaje hacia aquí y fueron lanzados al mar, sin funeral. Los arrebató a sus familias, a su país y no debe ser homenajeado. Debería sustituirse por un memorial a aquellos que él vendió y a todos los que perdieron sus vidas”, concluyó indignado el primer piloto negro en debutar en la Fórmula 1, y que seguirá siendo referencia dentro y fuera de la pista.
Imagen: FIA
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