La salida en el GP. de Singapur nos hace preguntarnos si el incidente que acabó con cuatro candidatos a la victoria fuera de carrera tiene culpable.
La salida del Gran Premio de Singapur aún dará mucho que hablar en los próximos días. Como se puede comprobar con un breve vistazo a redes sociales, hay cualquier cosa menos unanimidad a la hora de señalar un culpable. Incluso los hay, y no pocos, que sostienen que es una acción sin culpables, pues siempre hay un culpable o quién es más culpable que el otro, sin insinuar en ningún momento que el más culpable merezca por ello un correctivo.
(quiero dejar claro que aquí habrá mucho de opinión), Kimi Raikkonen sorprende con una gran salida. El finlandés ve claro ganarle el interior a Max Verstappen y elige esa vía. En el otro lado de la ecuación, Vettel hace una mala arrancada y es consciente de ello, por mucho que más tarde en declaraciones señale que hizo una buena salida.
Fruto de esto, Vettel adopta una actitud defensiva. La actitud de estrangular a Verstappen, dejándole sin espacio para afrontar la primera curva, por lo que éste tendría que reducir su velocidad para atacar el primer vértice, y Vettel podría abrirse en el último momento haciendo una trazada más habitual. Vettel intenta defender su posición, pero llega tarde.
Vettel cuenta con que Max le va a seguir el juego. Aunque ningún piloto tiene derecho a invadir el espacio de otro, menos aún quiere tener nadie un golpe en plena recta. Max cede y comienza a girar hacia fuera, pero ese espacio ya estaba ocupado por Raikkonen, que fue lo que no tuvo en cuenta Vettel, que debió pensar que esto era una lucha únicamente con el neerlandés.
Verstappen parece que se huele que se va a quedar sin hueco dada la trayectoria de Vettel, y levanta el pie, lo que no hace más que empeorar las cosas. Como si de una zancadilla se tratase, la rueda delantera de Max se traba con la trasera de Kimi, que trompea y acaba golpeando a Vettel, el cual estaba prácticamente a su lado. Con Kimi y Verstappen sin el control de su vehículo en la primera curva, Fernando Alonso, que hizo una gran salida y decidió arriesgar por fuera. Casi que hay que dar gracias a que ocurriese tan adelante y tan cerca de la primera curva, de lo contrario el enganchón podría haber alcanzado proporciones solo vistas en Spa-Francorchamps.
¿Y quién actuó mal? Vaya por delante que soy consciente de la gran cantidad de críticas que voy a recibir y de la gran cantidad de gente que no va a estar de acuerdo conmigo, pero desde mi punto de vista, Sebastian Vettel es el culpable de lo ocurrido. Es él alemán el que tiene plena liberta de decisiones, el que decide abandonar la parte derecha de la pista para ir al interior, el que decide cerrar el espacio a un rival sin caer en la posibilidad que ese rival podría no tener a donde ir, y lo hace con un giro que si bien desde la onboard parece más suave, desde las tomas aéreas sí parece bastante pronunciado.
Y una vez aclarada la culpa de la acción, toca ver quién se equivoca. Y aquí la impresión es ambos pilotos de Ferrari se equivocan. Es totalmente imposible no estar de acuerdo en que 25 puntos son más que 18, y que esos puntos pueden valer un mundial a final de año, pero hoy, en la carrera, con cinco Grandes Premios por delante, el rival no era Verstappen, era Lewis Hamilton, y fue un error tomar tantos riesgos con un piloto que no solo no tiene nada que perder sino que además comienza a estar más que desquiciado al comprobar que a él no le sale nada mientras a su compañero de box le va todo rodado.
Y también cierta culpa de Kimi. No con su faceta de piloto, pues es demencial decirle a un piloto que sale de esa manera que no ataque. Pero sí culpa con su faceta de piloto Ferrari. Hoy no era el día de generar una situación de riesgo, hoy era el día de colocarse detrás de Vettel y protegerle ante cualquier carambola. Difícil hacerlo en pista y fácil decirlo con un teclado, pero era lo que tocaba hacer.
Hoy toda Ferrari es consciente de que ha dicho adiós en un altísimo porcentaje a la posibilidad de llevarse el título de pilotos, algo que no debería haber ocurrido si el equipo hubiera definido claramente las directrices, si Sebastian Vettel hubiera entendido que su carrera no era contra Max Verstappen y si el único objetivo de Kimi Raikkonen hubiera sido ser el escudo físico de Vettel. Sin duda, algo que no cuadra con la imagen de equipo que más trabaja y que muchos periodistas se han empeñado en querer transmitir precisamente este fin de semana. Parece que más que nunca, trabajar más no significa trabajar mejor.
¿Y las sanciones? Aquí entramos en un terreno mucho más peliagudo que el de las culpas. Los comisarios deportivos se han encargado a lo largo de los años en difuminar la línea que separa lo que es un incidente de carrera de lo que no, hasta el punto que ni ellos mismos tienen claro. Pero estos mismos comisarios también se han encargado de dejar claro que en Fórmula 1 se castigan las consecuencias, no los hechos, y esta acción dejó fuera de carrera a cuatro candidatos a la victoria, a tres campeones del mundo.
Si algo dejó claro el incidente de Bakú es que la Fórmula 1 no parece dispuesta a golpe de sanciones a matar la poca emoción que le queda a este mundial, no en el año del cambio, en el año donde las audiencias y la asistencia a los circuitos. Por lo que dejar esta acción sin sanción te deja la duda de si están defendiendo el espectáculo o si realmente los comisarios presentes esta tarde piensan que no es más que un incidente de carrera sin un culpable definido. Al fin y al cabo, y tristemente, son años de decisiones los que han conseguido que se dude de la honradez de sus decisiones.
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