La entrada de nuevos circuitos en países sin tradición en el mundo del motor, pero dispuestos a pagar el alto canon por albergar un gran premio es un hecho que puede dejar fuera a países considerados la cuna de la Fórmula Uno como a Gran Bretaña o Italia. El Circuit de Barcelona-Catalunya quiere seguir albergando el GP de España y por eso tiene que negociar su renovación que expira tras la carrera del mes de mayo.

Para iniciar conversaciones el máximo representante de Liberty Media y CEO de la F1, Chase Carey, se ha trasladado hasta Barcelona donde se ha reunido en el Palau de la Generalitat con el presidente Quim Torra y Vicenç Aguilera, presidente del Circuit. La reunión se ha celebrado en la sede del gobierno catalán ya que éste es el principal avalador público del GP.

El Circuit de Barcelona-Catalunya lleva desde 1991 albergando el GP de España de forma ininterrumpida. Su impacto económico va más allá de la venta de entradas, ya que muchos aficionados aprovechan su estancia para visitar Barcelona, situada a poco más de 30 kilómetros de él.

La afluencia durante los 3 días de actividad de la carrera de 2018 se registraron 172.144 espectadores y el domingo se superaron los 90.000 asistentes. Todo ello se tradujo en un impacto económico de 163 millones de euros.

Otro punto a favor para creer en el optimismo es la realización de los Test de Invierno en Barcelona. Mucho se debatió sobre la conveniencia de llevarlos a países más cálidos como Bahrein, pero debido a su lejanía con las fábricas los equipos se decantaron por Montmeló.

Ambas partes están de acuerdo en que sería una lástima que se dejara de disputar el GP de España y existe un interés mutuo por hacer todo lo posible para que los monoplazas sigan rodando por el trazado catalán.

 

Autora: Eva Gabriel

Imagen: @Circuitcat_cat