A principios de este siglo, el paddock de la F1 estaba plagado de grandes marcas del panorama automovilístico mundial. Muchas de ellas abandonaron el deporte en los años posteriores a la crisis económica de 2008. De esta forma, la FIA permitió que llegaran nuevos equipos modestos con la intención de engrosar las filas de la parrilla. Entre ellos se encontraba un equipo español, el HRT impulsado originalmente por el tristemente fallecido Adrián Campos. Sin embargo, esos tres equipos tuvieron una fugaz y carente de éxitos estancia en la F1. Esta, tras la llegada de Haas en 2016, ha visto su lista de inscritos inalterable desde entonces.

Estos últimos años parecía que se habría una nueva oportunidad de cara a la normativa revolucionaria de 2021, que prometía igualdad en pista y gastos más contenidos. El propio Adrián Campos sonó con mucha fuerza para retornar al gran circo. Pero la pandemia y la posposición hasta 2022 de la normativa paralizó esos intentos. Además, el pacto de la concordia firmado entre los equipos actuales y la FIA la pasada campaña impone un desembolso de doscientos millones de dólares, algo más de ciento sesenta millones de euros al cambio, para inscribirse en la categoría, un abismo insalvable para muchos.

Esto tiene dos intenciones: la de mostrar la seriedad de la propuesta del nuevo equipo y la de compensar a los equipos ya existentes, pues la llegada de uno nuevo supone repartir las mismas primas entre más escuadras, disminuyendo así la cantidad percibida por cada una. Así lo defendieron en su momento personas como Zak Brown, jefe de McLaren. “Esto sirve para que no suceda como en el pasado. Cuando hubo escuderías que se retiraron de la competición sin siquiera haber competido”, explicó el estadounidense.

Stefano Domenicali, CEO de la F1, puntualiza la cifra

Sin embargo, Stefano Domenicali se ha mostrado recientemente más flexible que Brown. El italiano, nuevo presidente de la Fórmula 1 tras sustituir a Chase Carey, ha valorado la importancia del pacto de la concordia, que dejó cerrado su predecesor antes de cederle el testigo. “Fue un paso muy necesario», ha valorado Domenicali, que sabía lo complicado que era formalizar «un acuerdo beneficioso para todas las partes involucradas”.

Pero Domenicali explica que los doscientos millones podrían ser discutibles con los equipos que quisieran entrar a la categoría, serían un punto más sobre el que negociar. “Ese es el valor de franquicia de un equipo de la competición, pero se podría discutir si fuera necesario”, comenta el antaño director de la Scuderia Ferrari. Termina particularizando que “si hay casos en los que se deba debatir sobre la cifra, lo haremos“.

 

Imagen: Formula 1