La marca francesa es un referente en la F1 por su innovación permanente: turbo, válvulas neumáticas, Mass damper, etc.
También innovaron en comunicación gráfica, haciendo que casi todos los monoplazas presentaran cada año una nueva imagen. Nos brindaban una decoración que evolucionaba y se actualizaba, pero siempre eran Renault. Algo que en los equipos hoy en día se echa mucho en falta. El exceso de corporativismo limita la creatividad pero en los años 80 Renault nos enseñó que puedes ser corporativo y presentar gráficas igualmente innovadoras y creativas. Y eso tiene mucho mérito.
La imagen de sus F1 ha sido atractiva, potente e inconfundible… pero no siempre.
LA ÉPOCA DORADA
1977/1978: RS01
Nuevos y diferentes
Ese primer monoplaza (con dos tipos de carrocería) ya apuntaba líneas de diseño que se seguirían trabajando en futuros modelos. Grandes superficies de color, grandes logos muy visibles y un dorsal que siempre tenía protagonismo. Algunos recursos gráficos como las líneas blancas de los laterales fueron exclusivas de este modelo. Toda la gráfica de color se basó en el amarillo y el negro, algo que iría cambiando ligeramente.El inicio de Renault en la F1 se produjo con una potente imagen, amarillo, negro y algo de blanco, un sello de su marca corporativa. Eso les puso en el imaginario visual desde el minuto 1. Por aquel entonces solo el equipo ATS era amarillo.
1979-1980: RS10 y RE20
Primer gran diseño
Vemos cómo las masas de color amarillo, blanco (novedad en el diseño) y negro están muy compensadas, dibujando espacios muy equilibrados y elegantes. Un detalle de la casa fue utilizar colores distintos (rojo y azul) para los dorsales. Así el público diferenciaba mucho mejor a los pilotos. Y encima combinaba muy bien con la gráfica general. Los logos, tanto en el morro como en los pontones siempre ofrecían mucho espacio alrededor, facilitando su fuerza visual y siendo muy reconocibles en la distancia. El alerón posterior con los laterales y parte inferior posterior en amarillo fue una seña de identidad del monoplaza.Aquí ya hubo un salto cualitativo importante. Un diseño que se mantuvo durante dos temporadas. Y además al ganar Jabouille con el primer motor Turbo en Dijon 1979 se convirtió en todo un icono visual.
1981: R30
Buscando nuevas creatividades
La zona más confusa era el frontal, banda negra uniéndose al rombo. Bandas negras por encima de las suspensiones delanteras. Sin embargo las masas amarillas tan amplías de los pontones junto al blanco de los laterales le daban mucho carácter.Aquí bajo mi punto de vista hubo un cierto retraso en la calidad del diseño, quizá no hubo tiempo para pensar algo más definido pero sentó las bases del diseño del año siguiente.
1982: R30B
Haciendo los deberes
Aquí el negro de los alerones, en fibra de carbono, cobró protagonismo haciendo subir el contraste cromático de todo el conjunto.Y gracias al diseño del año anterior, en 1982 Renault nos mostró una evolución de esa gráfica ya mucho más refinada. Este coche que casi no tenía morro acaparó muchas primeras líneas de los GP generando una imagen siempre inconfundible.
La vista lateral era muy potente, franja superior blanca atravesada por ese fino y elegante rayo negro apuntando al morro. Un morro con un gran logo de Renault que ofrecía una imagen potentísima. La firma francesa se sacó de la manga la bonita y elegante solución de cerrar ese triángulo decorativo del morro con el detalle en azul o rojo en la zona inferior. Azul para Arnoux y Rojo para Prost.
Los laterales inferiores del morro pintados en negro remataban de la mejor manera toda la decoración.
1983: R40
Elegancia total
Y eso que algunos periodistas con la sensibilidad artística moviéndose entre valores de cero o inexistentes lo bautizaron como el huevo frito en la sartén. Bendito huevo !!Este diseño para mí fue uno de los 3 grandes diseños de Renault en la F1.
Con el cambio de normativa técnica en 1983 (prohibieron el efecto suelo debajo de los pontones) los coches aparecieron con grandes alerones. Además comenzó una época de carrocerías muy perfiladas y aerodinámicas, generando formas realmente espaciales, casi de naves futuristas.
Aquí Renault maximizó la idea de extender las masas de color pero de una forma tan integrada, armónica y elegante que cuando uno lo vio en la tele siendo un niño realmente se quedó paralizado por la belleza que estaba contemplando. Un diseño de 10, original, diferente y con una fuerza visual que hoy en día se comería a toda la actual parrilla de la F1.
1984: R50
Otro diseño de premio
Era un coche que desde cualquier ángulo ofrecía la misma brillantez creativa. El morro en un principio era blanco pero los diseñadores se dieron cuenta de que podían mejorar esa vista y llevaron el amarillo recorriendo los laterales hasta la punta. Fíjense la potencia de los logos, la limpieza visual de toda la gráfica y la enorme carga de dibujo en cada uno de sus trazos. Todo está estudiado hasta el mínimo detalle.Aquí Renault realizó uno de los más complejos y brillantes diseños de su historia. Un resultado con cierto estilo Mondrian. Líneas rectas y encuentros de colores. La gráfica era un auténtico lienzo artístico.
Puro arte en movimiento.
1985: R60
Y aquí se hicieron Cum laude
Además las líneas (ahora en negro y blanco) recorrían los laterales del coche en carrocería y pontones. Una idea brillante, audaz e impecablemente bien ejecutada.Este diseño en el día de la presentación dejó a todo el mundo descolocado. Como dijo Derek Warwick, uno de sus pilotos: “es imposible que un coche tan bonito no pueda ser competitivo”. Por tercer año consecutivo Renault sorprendía con un diseño original, diferente y rompedor. Destacaban sobremanera las finas líneas blancas en los alerones que jugaban con la masa de color roja o azul según el piloto.
El negro de los alerones y los laterales de los pontones daban una fuerza descomunal al conjunto.
Autor del artículo: Marko-f1/@markoartistf1
Imágenes: Renault España – Francois Beau – Marko-f1 / José María Rosa
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