Les traemos el resumen de los incidentes más destacados de un intenso Gran Premio de Italia.

Clasificación: La locura de la Q1

Antes de centrarnos en la carrera, es digna de mención la locura que se produjo al final de la primera ronda de la clasificación: En Monza es habitual que los pilotos busquen rebufos de otros contrincantes con el fin de poder arañar unas décimas al crono. Sin embargo, esta vez muchos pilotos lo llevaron, al igual que en la Q3 del gran premio del año pasado, un punto más allá.

Todo empezó cuando en la recta trasera previa a la parabólica varios pilotos, especialmente los que se jugaban el pasar a la Q2, redujeron su marcha considerablemente con el fin de no ser el primero en esa cola de coches y poder beneficiarse de la aspiración de otro monoplaza. Eso provocó pilotos esperando más de la cuenta y otros como George Russell que empezaron a adelantar a diestro y siniestro a Albon, Vettel y Raikkonen.

En sí, tampoco hay nada sancionable, quitando el hecho de que los pilotos tienen un tiempo máximo para realizar su vuelta de lanzamiento. Ahora bien, eso no quita que muchos pilotos se molestaron entre ellos más de lo que hubieran querido. Eso propició que Vettel o el propio Russell no pudieran pasar de ronda.

Quizá podría ser más sancionable el cerrojazo de Ocon a Raikkonen. Aunque también es verdad que tanto el uno como el otro iban en vuelta rápida y Raikkonen se ve lanzado ante Ocon debido al uso de su rebufo.

¿Por qué salió el Safety Car tras la avería de Magnussen?

En el fondo fue el hecho que trastocó el desarrollo del Gran Premio de Italia y lo que provocó que una carrera que estaba siendo bastante lineal pasara a ser una locura.

El hecho es que Kevin Magnussen tuvo una avería en su Haas y aparcó su monoplaza justo al lado de la entrada al pitlane. En un principio tampoco parecía que fuera el lugar más peligroso, pero Michael Masi optó por utilizar el Safety Car.

La razón principal fue que en la zona donde aparcó Magnussen no tenía ningún refuerzo para sacar de allí el monoplaza ni la zona era lo suficientemente grande. El monoplaza además no se podía dejar allí aparcado ya que, en caso de un posible trompo de otro piloto en la Parabolica, pudiera ser que fuera a parar contra el coche del danés.

Quizá con un Virtual Safety Car se hubiera solucionado la cosa, pero lo que está claro es que la carrera debía ser neutralizada.

Las sanciones por el Pitlane cerrado

Otra de las situaciones que provocó el Safety Car fue el cierre del Pitlane. El monoplaza de Magnussen estaba en un lugar peligroso y, además, debía ser retirado. A la hora de cerrar el carril de boxes, dirección de carrera lo señala con una doble cruz roja en uno de los paneles cercanos a la entrada de los boxes. Además, los equipos reciben una notificación al respecto.

El problema vino cuando hubo dos pilotos, Giovinazzi y Hamilton, que bien por error de los pilotos, del equipo, o de ambos, no respetaron esta situación y entraron a realizar su cambio de ruedas con normalidad.

Obviamente fueron sancionados por ello con un Stop&Go. Es la misma sanción que se le aplicó a Ricciardo en Brasil 2016 por la misma razón. Por tanto, se actuó en la línea de los precedentes que había.

Bien es cierto también que, en la década pasada, Juan Pablo Montoya en 2 ocasiones (EEUU 2004 y Canadá 2005), Felipe Massa, Giancarlo Fisichella (Canadá 2007 ambos) y Rubens Barrichello (Australia 2008), fueron descalificados por salir del carril de boxes con el semáforo rojo, con lo que incluso también hubiera sido entendible esta sanción más severa para ambos pilotos.

No es tan raro tener una carrera con dos salidas

Para terminar, otro asunto que llamó bastante la atención, es el hecho de que se hiciera otra salida de parrilla tras la bandera roja provocada por el accidente de Charles Leclerc. Esta situación resultó un tanto curiosa sobre todo para los aficionados que se han enganchado a la Fórmula 1 en los últimos años. Sin embargo, para nada es una situación nueva y, en tiempos, era algo habitual:

Hasta avanzada la primera década de los 2000, todos los equipos disponían de un tercer monoplaza de reserva por si uno de sus pilotos lo necesitaba en caso de tener un accidente en los entrenamientos e incluso en la salida de la carrera. Y es que, cuando había un accidente en la salida que involucraba a una cantidad considerable de pilotos, dirección de carrera no dudaba en parar la carrera para que los pilotos afectados pudieran retomar la carrera con el coche de reserva (sobre todo si había algún piloto importante entre los afectados).

De esta manera, una vez se limpiaba la pista y los pilotos volvían a estar preparados, se usaba la misma parrilla de la primera salida en caso de que la carrera se hubiera parado en las 2 primeras vueltas, o se colocaba a los pilotos en el orden de la clasificación de la última vuelta que hubieran completado todos los pilotos (en caso de haber dado más de dos vueltas, como fue el caso de este Gran Premio de Italia).

La última carrera con dos salidas hasta este domingo había sido el Gran Premio de Bélgica de 2001. Esta carrera se detuvo en la vuelta 5 tras un accidente brutal de Eddie Irvine y Luciano Burti. De todos modos, en aquella época era algo habitual: Alemania 2001, Mónaco 2000 o Bélgica y Canadá 1998 son algunos ejemplos de carreras con 2 salidas de parrilla.

 

Autor del artículo: Daniel Ballarín

Imagen: Antonin Vincent (DPPI images)