Es nuestra sexta entrega y quinto capítulo efectivo donde, luego de recorrer los inicios de la Scuderia y las décadas ’50 –’60–’70, nos centramos en el desempeño de Ferrari en la era turbo. Este período parte desde el 13 de septiembre de 1980 y culmina con la desaparición física de Don Enzo, vamos a desandarlo.
Ferrari y el comienzo de la era turbo
El 13 de septiembre de 1980, en la pista de Imola, San Marino, una extraña Ferrari salió a pista para clasificar. En su trompa mostraba el Nº2 y el pequeño héroe canadiense estaba al volante. No era un vehículo común, sino la primera Ferrari Turbo de la historia. Con ella, se abría la época Turbo para la casa de Maranello. Una época, que, por reglamento, finalizaría en mismo año en que Don Enzo partiría a la región de los inmortales.
Ferrari puso toda la confianza en este impulsor. Y tanto fue así, que no prestó atención al chasis. Sin embargo, la suerte por los campeonatos le fue esquiva. Alcanzó los Campeonatos de constructores en el bienio 1982 y 83, pero a un costo terrible. En 1982 habían llegado a desarrollar la C2, un auto diseñado por Harvey Postlethwaite que le permitiría pelear de tú a tú por el campeonato.
El ‘82
Las contingencias se cruzaron en la vida del team y el comienzo de la guerra FISA – FOCA derivó en la reintroducción de las polleritas para los autos alares. Esto llevó al polémico GP de San Marino, en Imola y la traición de Didier Pironi (o el proceder naif de Villeneuve) que se remató con una guerra abierta entre ambos. Ésta terminó abruptamente con la muerte del canadiense en Zolder, Bélgica.
El lugar de Gilles fue ocupado por Patrick Tambay, ahora como decidido segundo piloto. Esta condición cambiaría en el GP de Alemania. Otro accidente, en este caso, el de Didier Pironi en las prácticas le apartó de la Fórmula 1 para siempre. El nuevo líder era el neoferrarista, quien no pudo terminar en forma la temporada por dolores de espalda. De esa manera, un título casi seguro de Maranello terminó en las arcas de Didcot.
Las últimas ausencias
Podemos rastrear as últimas veces que una Ferrari no estuvo presente en una grilla de partida (carreras declaradas oficiales y con puntos para el Campeonato Mundial) se dieron en un espacio de 11 años y afectaron 5 competencias.
Las dos primeras fueron en Holanda y Alemania 1973. El equipo no se encontraba satisfecho con la pobre perfomance de su monoplaza, la 312 B3. Tres años después, Ferrari no presentaría a su piloto, Clay Regazzoni para disputar el GP de Austria como señal de respeto a Niki Lauda y el terrible resultado de su accidente. Increíblemente, la participación, y tal vez buen resultado por sobre el cuarto lugar logrado por James Hunt hubiera volcado el campeonato para la Ferrari Nº1.
En el terrible 82, Ferrari no se presentó en Zolder (Bélgica) por la muerte de Gilles Villeneuve y en Dijon Suiza, (Sí, leyó bien, Suiza) ya que su único piloto Patrick Tambay sufría de un pinzamiento en la columna, lo que impidió tomar parte de la misma.
Desde ese momento, jamás Ferrari se encontró ausente de un gran premio.
Michele Alboreto
Los años subsiguientes vieron la vuelta de un italiano a la primera línea de la Scuderia. Era Michele Alboreto. El as italiano venía pidiendo ese lugar luego de grandes actuaciones con el modesto Tyrrell. Don Enzo decidió, al fin, levantar la veda declarada desde Merzario y como consecuencia de dos muertes caras al sentir de Ferrari: Bandini (1967) y Giunti (1971). De esta manera, sería el italiano Alboreto quien pelearía con Alain Prost el título de 1985.
El auto era el modelo 156 Turbo. Un modelo que sufrió un envejecimiento prematuro y que le dio el título al primer campeón francés de la historia. El resultado, detrás de los portones de Maranello, significó un cambio mayor. Luego de 24 años, y con sólo 50 de edad, Mauro Forghieri dejaba su puesto de diseñador de los rojos bólidos.
Imágenes: Ferrari
Fuentes:
- Hayhoe, D. Formula 1 The Knowledge, Second edition. Veloce Publishing. 2019
- Deschenaux, J. Gran Prix Guide 1950-1999.
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