Sébastien Bourdais fue operado con éxito en el centro médico Houston Methodist de Texas de las “múltiples fracturas en el pelvis y la cadera”, como pudimos saber gracias al comunicado emitido por Indycar.

Tras un terrorífico choque frontal con el muro exterior de la curva 2 a velocidades de Pole, unos 327km/h, el francés nos dio un enorme alivio al moverse en el cockpit. Horas más tarde hemos podido saber que la salud del expiloto de Toro Rosso no corre peligro alguno, sin embargo, las lesiones tardarán en curar, y Sébastien se perderá lo que queda de temporada de Indycar, tras estar muy cerca de poner a su equipo en unas posiciones ni soñadas en las 500 Millas.

“Sébastien está en buenas manos aquí en el hospital Methodist con el personal y ahora tenemos que esperar a que se recupere. No hace mucho tiempo, un golpe como ese hubiera sido fatal”, aseguraba Dale Coyne, propietario de Dale Coyne Racing.

Fue un golpe de 118G y el coche hizo su trabajo. Nos han dicho que estará de seis a ocho semanas con muletas, y luego tendrá la rehabilitación. Cuando hablamos antes de la operación, recordaba todo”, añadía Coyne respecto a su malherido piloto, que comenzó la temporada con una victoria en el GP de San Petersburgo (celebrado en Florida) y una segunda posición en el Toyota GP de Long Beach.

Más recientemente, el Director Médico del centro en el que el nacido en el manceaux descansa, nos regaló las siguientes palabras a través de la propia Indycar: “La cirugía fue bien. He visitado a Sébastien esta mañana, y se encontraba mejor de lo que me esperaba”.

Aún no hay información sobre el sustituto que cubrirá el asiento que estuvo a punto de meterse en el Fast 9. “Vamos a preparar el coche de reserva, anoche mandé a los chicos a casa. Estaban desolados. No iba a estar el coche listo hoy, tendremos suerte si lo está mañana”, conjeturó Dale Coyne tras ser preguntado por Autosport.

 

Autor del artículo: Alejandro Valencia/@alexwhiteflag

Fotos: @IndyCar