Fernando Alonso señalaba las fechas veraniegas como las idóneas para concretar junto con Mclaren los términos de su renovación, o desvinculación con Woking. A medida que la temporada fue avanzando, el asturiano fue incrementando los plazos: desde un agosto, septiembre inicial hasta un noviembre como última fecha comentada a la CNN, precisamente uno de los patrocinadores del equipo:
“Si no veo un proyecto que me permitiera luchar por la victoria miraré fuera de la F1, pero eso en noviembre – diciembre. Intentaré todas las posibilidades antes de eso”
En este 2017 únicamente el Gran Premio de Hungría puso sonrisas en el box. La sexta plaza del piloto español al caer la bandera a cuadros en Hungaroring dejan intactos sus pareceres acerca del futuro del binomio Mclaren Honda, no vislumbra ningún atisbo de cambio al menos a corto plazo. Dos temporadas le son más que suficientes para haber evaluado el potencial de un proyecto que en lugar de avanzar parece dar traspiés cuando quiere dar un paso adelante.
Su tiempo en la máxima categoría se agota, sus opciones en la misma también escasean. Sin embargo, su máxima prioridad es continuar en el pináculo del motorsport. Tras acariciar sendos campeonatos de 2010 y 2012, el piloto continúa con sus cuentas pendientes. Su objetivo es conseguir la ansiada meta que se resiste desde la consecución de los citados años:
“Mi máxima prioridad es la F1, ganar el tercer campeonato, pero quiero intentar la Triple Corona también”
Para ello, volver a Indianápolis. La experiencia de su participación de las 500 Millas este mismo año le hizo revivir sensaciones perdidas, sentir la victoria a su alcance. La transformación del lenguaje corporal del piloto provocaron especulaciones acerca de su futuro ligado con la categoría norteamericana, negándolo categóricamente en reiteradas ocasiones:
“Me gustaría volver pero no en un futuro muy cercano”
“Cuando fui a Indianápolis, tuve la sensación de poder ganar la carrera de nuevo… Esa sensación que es tan especial. Me senté en el coche, los mecánicos me ajustaron los cinturones y pensé que cuando me los quitase, podría haber ganado la carrera. Esa sensación es mágica”
“Allí la cultura es diferente, entienden el deporte de motor de una forma distinta en general, son mucho más abiertos y amistosos con nosotros. Es como un deporte que va más allá de las nacionalidades. Todos somos héroes para la gente en las gradas. Nos apoyan a todos de la misma forma y simplemente disfrutan de la carrera”. Concluye Alonso
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