La proliferación de escapatorias de asfalto en lo que va de siglo no ha sido del gusto de los más puristas aficionados al automovilismo. Si bien se ha demostrado ser más seguro y eficaz que las escapatorias tradicionales en multitud de casos, hay muchas pistas modernas que han dejado de lado el césped y la grava, hasta llegar al punto de que algunos circuitos del calendario parecen aparcamientos.
A raíz del desafortunado accidente que costó la vida a Anthoine Hubert y del escalofriante accidente sufrido por Alex Peroni, en Fórmula 2 y Fórmula 3, respectivamente, se ha reabierto el debate, especialmente en lo concerniente a los límites inmediatos a la pista. Dado que en muchos puntos de los trazados lo único que separa al mismo de la escapatoria es una línea pintada, pues que el asfalto continúa indefinidamente, los pilotos pueden apurar más de la cuenta y saltarse curvas, tanto por dentro como por fuera. Tal le sucedió a Max Verstappen en EEUU 2017, cuando adelantó, saltándose el vértice, a Kimi Raikkonen en la última vuelta. El neerlandés fue sancionado al momento, y se vio obligado a devolverle el tercer puesto del podio al finés.
Para evitar esto, en los últimos años la FIA se ha dedicado ha emplazar pianos muy altos y las denominadas bananas disuasorias, similares a los badenes reductores de velocidad de las calles, en zonas estratégicas de algunas curvas para evitar que los pilotos se salten el vértice o tomen demasiada ventaja a la salida. Como casi todas las medidas que toma la Federación, esta ha llegado a un extremo ciertamente absurdo, como en el caso del Red Bull Ring. En el pasado Gran Premio de Austria, los pianos y bananas eran tan elevados que algunos pilotos rompieron sus alerones delanteros al dar contra ellos.
Algo similar a sucedido en el autódromo de Monza. Hasta hace pocos años, la archiconocida curva Parabolica lindaba directamente con la gravilla, provocando no pocos temores en los pilotos. Entonces se retrasó la grava y se añadió una banda de varios metros de asfalto entre ella y el trazado, y los pilotos comenzaron a apurar mucho más la curva, en muchos casos llegando a sacar enteramente el coche del circuito.
Un accidente en la F3 se suma a la polémica
Por ello, la FIA introdujo una de sus famosas bananas en esa curva de alta velocidad. En el pasado GP de Italia, en la carrera de Fórmula 3, el piloto de Campos Alex Peroni apuró demasiado la pista y se salió de ella. Tuvo la mala fortuna de que dio a parar de frente con la banana, aparentemente en mal estado. Esta actuó como un bordillo de ladrillos, catapultando varios metros por los aires el monoplaza, que aterrizó en la barrera de neumáticos, volcado. Por suerte, el piloto apenas ha sufrido una leve lesión vertebral.
Por todo esto, desde la GPDA, la asociación de pilotos, a través de su cabeza, Alex Wurz, se solicita que se replantee dónde utilizar asfalto y dónde emplazar césped o grava. El austriaco, expiloto de F1, ha explicado que hay curvas donde ha habido accidentes que el sistema contrario de escapatorias podría haber minimizado los daños. Pero considera que no tiene por qué ser cada curva enteramente de un tipo, sino que se puede hacer por partes.
«En la entrada de la curva conviene más el asfalto, pues se llega con mucha velocidad y se puede sufrir una rotura de una piezas. Pero en la salida, donde se circula más lento, es exagerado colocar asfalto y la mayoría de veces conviene más césped o gravilla»
Esto se debe a que situar césped inmediatamente a la pista penaliza más que cualquier línea pintada o banana. Esto hace perder mucho agarre y provoca la pérdida de velocidad. Sin embargo, Wurz comprende que para los gestores de los circuitos es más cómodo que haya asfalto, especialmente para los trackdays de pilotos aficionados. Sin embargo, pide un esfuerzo por parte de las organizaciones para favorecer a la Fórmula 1.
Imagen: F1
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