Ferrari ilusiona, pero forma parte del ciclo de la escudería durante los últimos 14 años. Ha sido la mejor presentación de los últimos años con público, coche real e incluso 5 vueltas con el coche en circuito. El objetivo del equipo italiano está claro: volver a ganar el mundial de constructores después de 14 años y el de pilotos después de 15 años.
Con un coche muy continuista, que en un primer vistazo cuesta diferenciarlo del año pasado, Ferrari ilusiona. El problema que surgió el año pasado fue con el suelo, así que a priori que no se haya revolucionado el coche es una buena señal y se habrán centrado en lo que verdaderamente no funcionaba.
En lo que a la decoración respecta es preciosa. Un rojo muy parecido al de los últimos años con los patrocinadores y el nombre del equipo en blanco y toques de fibra de carbono que quedan genial tanto en la decoración como en el peso del coche.
Tras mostrar el coche, era el momento de probarlo y, en un equipo en el que se enorgullecen de tener dos pilotos de misma importancia, es una decisión peliaguda, así que se decidió por sorteo y le tocó a Charles Leclerc. Tras dos vueltas -con radio entre Sainz y Leclerc incluida- le tocó el turno al español que tenía una vuelta más que el monegasco por haberlo probado segundo.
Los tifosi están ilusionados tras un año en el que al inicio de temporada alguno ya se imaginaba con el campeonato de Ferrari y que, tras el parón veraniego, el rendimiento del coche cayó en picado incluso con una Mercedes que poco a poco les recortaba puntos y que al final se quedaron cerca.
Más imágenes del Ferrari SF-23
Autor: Óscar Talavera
Imagen: Scuderia Ferrari
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