No ha sido una buena temporada para Sebastian Vettel con el SF90. El alemán ha sido superado por su compañero de equipo en el mundial de constructores con dos victorias para el debutante con el equipo versus una del tetracampeón. El curso escolar parecía arrancar positivamente en los test de pretemporada en el que el monoplaza tenía un buen ritmo, y parecía que estaba un paso más cerca de Mercedes que en 2018.

Ya después de  la primera carrera en Australia Vettel se empezaba a quejar: “no nos sentimos cómodos con el coche durante todo el fin de semana” y antes de la gira europea sus declaraciones en Azerbaiján fueron similares. Durante toda la temporada y tras la carrera del domingo los comentarios acerca del comportamiento del auto seguían en la misma linea. En Austria, Bélgica y Estados Unidos Sebastian reconoció que no se sentía confortable con el manejo del SF90. Si bien la escuderia en recta ha conseguido una velocidad parecida a la de Mercedes, el paso por curva dista de ser un punto fuerte.

Un SF90 con problemas de carga aerodinámica sin resolver a final de temporada

Los problemas en los giros los ha sufrido más Vettel que Leclerc por su forma de conducción. Mattia Binotto ha explicado al portal Motorsport que la inestabilidad en la parte trasera del monoplaza ha sido uno de los factores que ha limitado al alemán durante la temporada.

Él ha estado muy incómodo con el coche desde el inicio de la temporada, ciertamente con la falta de estabilidad en frenada. En la segunda mitad de temporada, cuando tenía mucha confianza general en el coche, fue muy rápido. Si miramos su velocidad en carrera, era muy similar a la de Charles, que ha sido más veloz en clasificación.

Tras la carrera de Austria Vettel se quejó de falta de carga aerodinámica y el equipo se puso a trabajar en ello para la segunda parte del año. Binotto afirma que, sin embargo, el problema no desapareció en su totalidad, pese a lo que el alemán firmó una mejora en las últimas carreras de la temporada.

 

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