• El 3 de julio de 2012, María de Villota sufrió un fuerte accidente mientras pilotaba su Marussia.
  • La piloto perdió un ojo y se vio obligada a retirarse del mundo automovilístico.
  • Falleció en octubre de 2013, con tan solo 33 años, por secuelas derivadas del accidente.

Julio de 2012 no pudo comenzar de la mejor manera posible. España ganaba la Eurocopa de fútbol, siendo su tercer título consecutivo, y llenando todas las calles del país de una absoluta felicidad. Sin embargo, pasadas 48 horas, todo el país pasó de la ilusión a la máxima preocupación.

La piloto María de Villota, ferviente promesa para ser la primera mujer que corriera en Fórmula 1, sufría un trágico accidente en el aeródromo de Duxford que la dejó en estado grave. Las imágenes hablaban por sí solas: los mecánicos de su escudería, Marussia, se llevaban las manos a la cabeza tras el impacto del monoplaza de María de Villota, que se había estrellado contra la rampa de un tráiler.

El fuerte choque le había golpeado en la cabeza y le había provocado serias lesiones que obligaron a llevarla al hospital de inmediato. Estuvo varios días en coma y necesitó varias cirugías para que su vida pudiera ser salvada. 96 horas después de su accidente, despertó del coma, pero había perdido su ojo derecho, y ya no podría volver a competir más en Fórmula 1.

 

La vida después de la Fórmula 1

Su obligada retirada del automovilismo fue un duro golpe para María de Villota, quien, pese a las circunstancias, comenzó una nueva etapa de su vida, decidida a sobreponerse a la dura situación personal que le había deparado el destino. En su primera reaparición, con el pelo rubio platino, y un parche que cubría su ojo, mostró esa alma de campeona que permanecía en ella, decidida a seguir siendo una referente para los pilotos de futuras generaciones.

En los meses posteriores a su accidente, María contrajo matrimonio con Rodrigo, su fiel compañero de vida, y publicó un libro en el que narró las experiencias más destacadas de su vida, titulado La vida es un regalo. En él, publicó una frase que define a la perfección su personalidad, en la cual decía “tú te haces más fuerte cuando no te centras en lo que te mata”.

15 meses después de su accidente, llegó la peor noticia posible. El 11 de octubre de 2013, María fue hallada sin vida en un hotel de Sevilla, donde había acudido para presentar tres días después su libro. Su muerte supuso un duro mazazo para el deporte español, al ser totalmente inesperada, y perdiendo así a una guerrera que siempre luchó por sus sueños y que supo valorar lo positivo por encima de lo negativo.

Su fallecimiento, con tan solo 33 años, se debió a circunstancias derivadas de su accidente año y medio antes. Hija del expiloto Emilio de Villota, continúa siendo hoy en día toda una referente del automovilismo español, y una referencia para todas las personas que aspiran a llegar a la Fórmula 1, el mismo propósito que tuvo ella, y que estuvo a punto de alcanzar. Solo su trágico accidente la apartó de su sueño.

 

Marussia, desaparecida pocos años después

La escudería Marussia, donde María de Villota pilotó hasta su accidente, fue testigo de otro trágico accidente mortal dos años después. Fue Jules Bianchi, en el Gran Premio de Japón en 2014, quien sufrió un fuerte impacto contra una grúa que le aplastó la cabeza. Bianchi fallecería nueve meses después, sin recuperar la consciencia, y al sufrir una lesión cerebral muy grave.

Las muertes de María de Villota y Jules Bianchi fueron durísimas circunstancias para Marussia, que terminaría vendiendo todas sus acciones a Manor para la temporada 2016 y asegurar así su supervivencia.

Sin embargo, fue misión imposible. En febrero de 2017, el equipo confirmó su desaparición de la Fórmula 1, después de que nadie optara por comprar la escudería, y quedarse sin financiación para continuar en el Gran Circo.

 

Autor: Enrique Forján